Una mesa de madera ya vieja comida por termitas, recordaba cuan bella y reluciente se mostraba a todo aquel que quisiera admirarla, en la misma esquina del centro de la capital, a tres cuadras de la frutería de don José. El viejo Víctor siempre cabizbajo se preguntaba -Cuando será el día- Siempre el local de muebles permanecía a tope de gente, curiosos, recién casados y mucho de más... de siempre lo mismo: ¡Esta gente del carajo lo que viene es a ver! ¡Carlos gran carajo! ya que no haces nada del carajo ve y búscame unas frutas.
-Señor y si compran.
-Te pego un grito.
-lo pueden robar, la frutería queda a tres cuadras.
-Vas o no vas para echarte de una vez.
El pobre Carlos fue, nunca más regreso. Una pareja no menor de sesenta años, un poco más si las arrugas no engañan, palpan con ternura toda la madera de aquella mesa.
-me la llevo.
-Le comento, estaba por decidir quedarme con ella.
-Admiro una buena madera y esta es una de ellas.
Lo demás es el cuanto y costo. El viejo Víctor se queda atrapado en sí mismo, viendo lo solo que quedaba, allá va y para dónde irá, la mesa y aquellos dos.
En un viejo Ford algo destartalado apean a la mesa, las cuatro patas sienten el desnivel de una subida barrio arriba, dos jóvenes sobrinos del señor Cástulo y Petra, la suben en hombro.
-jajaja uno, dos, unos, dos, ya van como trescientos, ya estoy cansada de contar -Parece pensar la mesa, parece reír también jajajaja-
Un cartel dice "La Bombilla de Petare"
Ha pasado una semana, un tomate y un cuchillo esperan un movimiento sobre la mesa. Suena Héctor Lavoe de fondo, es la voz, sin distinguir que tema, dos manos abrazadas, callosas y arrugadas, una blanca y una negra: Petra y Cástulo, abrazan el mango del cuchillo.
-No es torta, apues viejo Cástulo.
-Es buena madera Petra. -Se abre en dos el tomate.
Se Abre en dos el cráneo de Chupeta, en dos un brazo y una pierna, de rojo se tiñe la madera
-¡Es buena madera Petra! Te lo dije.
Una tarde...
-Este es al que le dicen Cara e feo, ponlo sobre esa mesa, esa misma, que ya esta roja, que no siente no padece pero soporta.
-Eso suena duro Cástulo.
-Esto me lo dio el PM de allá abajo, ya vas a ver, aja, se enrosca así, ya está.
-¡¡¡Cástulo!!!
-Ya esta, suena como un peo apretao.
Una mañana...
Tocan la puerta de latón de la casa 45, muchos golpes, centenares enardecidos.
-¡¡¡Cástulo!!! El barrio ta alzao.
-No tengo mas na, sino una mesa q a aguantao años.
Golpes sobre madera, martillos sobre madera.
-¡¡¡Es buena madera barrio!!!
...El recuerdo es interrumpido, por un tomate y un cuchillo... Una semana después.
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