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Aaah...Salud.

Aaah...Salud.

domingo, 2 de agosto de 2009

Pública y avergonzada intimidad.

Paradójico, que sea el baño de la facultad de derecho de una universidad venezolana.


lunes, 27 de julio de 2009

Autopista perdida y un momento perturbado por David Lynch

Observa en plena noche, a 180 Km y aumentando como pasa la vida oscura y fantasmal de sus pesadillas –Enanos, bufones, gusanos sin cabeza, cuerpos sin almas y noches sin velas- Al filo de la muerte a 200 Km y aumentando, besa a fondo el pavimento en esa carretera perdida al compás agotador de las horas, diluyéndose en el silencio imperturbable de la nada.

Despierta de un sobresalto, como susto provocado, una triste pregunta –¿Dónde estoy?- -En una autopista llena de pesadillas en el carro de la muerte- A lo lejos de algo se percata: un enano cadavérico se burla de su amorfo espectro.


Hoja suelta luego de la salida de algún cine, hace varios años de su estreno.

Lost Highway opening scene

jueves, 16 de julio de 2009

EL CARTERO LLAMA EN 20 MINUTOS.

...Corre desesperadamente, le quedan diez minutos.

La carta a medio doblar quedó en la cama, a medio terminar un vaso de jugo, en la sala el televisor prendido, con una cinta de video en el minuto 38. -Qué había sucedido luego-. El doctor Bernardo se preguntaba constantemente. En el diván acostado, se encuentra Emilio, en estado hipnótico. Buscando explicaciones, el Dr. Bernardo revisa unos documentos en el escritorio, de pronto siente un golpe seco fatal en la cabeza.

Hace tres horas, Emilio se encontraba en casa viendo una película regalada por su esposa, interrumpida en el minuto 38 por el sonido perturbador del intercomunicador. Un joven de mirada nerviosa, estira la mano con una carta y sale a todo correr, dejando estupefacto a Emilio con una carta no esperada... La carta es desdoblada con reticencia y lee:
Ahora mismo y sin pensarlo, visita al Dr. Bernardo, no llame a nadie, te estoy siguiendo los pasos, ve a tu alrededor. ¡No ahora! En lo que regreses, deja correr la película, desde el minuto 38...

Emilio revisa toda la casa con mirada escrutadora y sale al consultorio del Dr. Bernardo. Ya en el consultorio, Emilio supuestamente Hipnotizado, observa al Dr. Bernardo que revisa unos documentos en el escritorio, se incorpora sigiloso tomando de una pequeña repisa un cubo de mármol, que estrella con fuerza sobre la cabeza del Doctor, causándole la muerte.

Aquel joven de mirada nerviosa todavía corre, viendo con desesperación su celular...

El vaso de jugo a medio terminar y el televisor prendido en el minuto 38... “Deja correr la película desde el minuto 38” Emilio le da “play” la pantalla se ve toda granizo, poco a poco se refleja una imagen, un rostro de mujer... no se distingue del todo, aunque es familiar. Emilio desesperado marca el número de su esposa en el celular, sin respuesta alguna, solo un mensaje: “Es Carmen, deja tu número, prontito te llamo, papucho si eres tú, que disfrutes la película” La imagen difusa del televisor habla: “Sé que lo mataste, como al igual me encuentro yo, muerta. Mi muerte no tiene explicación no te preocupes, solo sé que ése joven fue hipnotizado por el Doctor, ése joven es su hijo, te acuerdas que te hablaba del tontuelo y cómo me miraba, bueno es él. Me dio una carta y eso es todo. Todo ocurre en un tiempo sintonizado por el Doctor: 20 minutos” La pantalla queda en negro, Emilio es desgarrado por el dolor, emitiendo un sonido ahogado.

...Le quedan diez minutos. Corriendo de manera infantil, lee el mensaje de texto que se repite una y otra vez:
“Eres todo lo que es, el cartero de la muerte”
“Eres todo lo que es, el cartero de la muerte”
“20 minutos, para ser lo que es”
“20 minutos, para ser lo que es”

EPÍLOGO.

-¿Pero por qué, su propio padre? ¿Y de qué manera ella?
-La victima es quien esté escrito en la carta, en el caso de ella el papel decía: “Marca tu propio número y no preguntes por qué. Preguntas por Carmen. Te estoy siguiendo los pasos, ve a tu alrededor”
-¿El padre?
-Cría cuervos y te sacaran los ojos. Vamos a tomarnos unas cervezas en el bar de la esquina, si llega un tonto con una carta no la lea.

martes, 14 de julio de 2009

EL GOLPE EN EL ESTÓMAGO.

Me imagino que cuando estaba en un ring, desahogando sus fantasmas literarios a ello se refería Ernest Hemingway con el arte de echar un buen cuento: "El golpe en el estómago" Los cuentos que están en este blog, son producto de un ejercicio, de entrar en un ring sin conocer a mi adversario, sin saber que va a pasar. Luego de la pelea he tenido que repasar el combate y ¡oh! Un golpe mal lanzado, la guardia baja y algún desliz... pero lo maravilloso es la esencia... llevar un buen combate y estar a la altura.

Entiendo entonces, que el Angelo Dundee de la literatura, son todos los libros que puedas leer en tu vida.

viernes, 10 de julio de 2009

AQUEL DE MUCHOS.

Aquel hombre con sus manos callosas, de tanto hojear la prensa, extrañamente corroídas por el tiempo del nunca jamás, del triste por venir... de ojos cansinos, y de mirada perdida, no se ha levantado en tres días de su butaca lacerante, encadenado a la conciencia inmisericorde de quien pierde total libertad, quedando solo la nada acompañanada de repentinas arrepentidas que hieren pero no matan, desangrándose hasta el desmayo.

Tres días en su butaca lacerante, el tímpano destrozado de tanto escuchar lo mismo, quedando sordo de por vida, acostumbrado a los días y a la rutina, solo imagina lo que escucha, el objeto de su sordera. La radio suena día y noche, con sus manos temblorosas mueve la aguja del dial de un lado a otro, cada vez con desesperante nostalgia, el oído sordo imagina escuchar lo mismo en cualquier estación de radio, ya destrozado sangrando hasta la muerte del sonido.

Sobre la butaca yace el cuerpo desmayado y sin conciencia, sin el tiempo de soslayo que lo pueda calmar con la esperanza de cualquier cosa: algo, peor que nada. A un lado de la butaca quedan la prensa y la radio.

lunes, 22 de junio de 2009

UN DÍA DE EXTRAÑA PAZ.

La ciudad, quieta, con el tic-tac de las doce de la noche y el anuncio de un nuevo día, que se convierte en el más largo sin ser solsticio, cada respiración, produce un estertor al más allá, de la sin razón de una ciudad perdida, de una ciudad fantasma. El día anterior, era la ciudad en su agonía, la ciudad de la furia, la ciudad de la violencia, el calor en 40 grados centígrados, las horas en segundos se convirtieron, algo los llevaba a ir más rápido, sin explicación aparente. Cuando el primero de ellos, empezó a correr, como naipes, cuerpos sobre otros empezaron a caer, la ciudad se convirtió en un mar de cuerpos inertes: El cajero del banco, cayó en su sitio, la señora con las bolsas del mercado, cayó en medio de la calle, el chofer del autobús cayó sobre el volante y así cada cual en su momento y quehacer cotidiano.

Convertida en ciudad fantasma y con el anuncio de un nuevo día, se fue convirtiendo en el más largo sin ser solsticio, cada cuerpo en medio de la soledad; extraña soledad, respira sin conciencia, respira, pero no está. Todas las campanas de las iglesias en la ciudad, comenzaron a sonar, torturando cada cuerpo, aplastando cada conciencia.

El pavimento se convirtió en un hervidero, la tierra se abrió y desde las entrañas, como estelas emergieron cuerpos traslúcidos, que flotaban en el aire. En la ciudad ya no cabía un cuerpo de esta extraña apariencia, pero todos pertenecían a ella.

Los demás cuerpos yacían en el piso, respirando. Por un día, el más largo de todos los tiempos, los muertos, convivieron en paz como vivos, en la ciudad de la agonía... Era el mes de un verano de la no existencia.

domingo, 7 de junio de 2009

EL REFLEJO DE UN NOMBRE.

"Son casi las doce, de una noche calurosa y fatigosa, afuera se escuchan maullar los gatos, seguro tienen sexo desgarrador": Lo último que he escrito en ése diario que ahora arde, al igual que quema mi alma por dentro... La hojilla de la maquina de afeitar, necesita un cambio, de tanto que la he usado, la navaja es para el rostro. Acostumbro a rasurarme las piernas sin espuma; sin nada más que la hojilla, sobre la piel: Una especie de rito descarnador, de miércoles a sábado. "Papi, es hora de que vayas pensando en cambiar de trabajo, la otra vez llegaste con un ojo morado" Siempre dispuesta, hermosa, nuestro amor está cada vez más vivo, desde la primera vez: "Aún te amo Vanessa" le dije antes de salir, ya pasada las doce. No me escuchó.

En el estacionamiento me espera el Wolkswagen, en el número 24 ya descolorido, es el puesto que me ha tocado desde que vivo en este edificio. Mi alma ya no soporta este dolor que llevo por dentro, ella no se merece esto, ¡Ella no se merece esto! el sonido de la corneta golpea incesantemente en el Wolkswagen, siento como haber corrido una carrera de fondo, que no tiene meta, sudo copiosamente, debajo del asiento de atrás, me espera un bolso marrón, que pongo en el asiento del copiloto, a una cuadra del edificio me detengo, en el callejón de siempre, extrañamente, es el callejón que ha sido testigo de mis encuentros apasionados con Vanessa: luego del cine, o de algún restaurante, algo de allí nos atrae: Una cuadra de árboles inmensos, escoltan pequeñas casas de fachada uniforme, todas de blanco: "Parece al cuento, Alicia en el país de las maravillas" me decía ella. Pero ella no está, solo ése bolso y yo, el cierre se atasca y no lo puedo abrir, una fuerza impotente hace saltar del bolso su contenido: Un par de tacones rojo, peluca, malla y un vestido sexy de color carmesí. El bolso vacío vuelve al asiento posterior.

En el retrovisor se ven unos ojos maquillados, pero sin brillos, que no pierde de vista la autopista, voy llegando a la discoteca, que no es tal; si no, una gran avenida que se llama "La Libertador" no puedo reprimir las ganas de llorar, alguien con voz andrógina y con taconeo incesante -un tic tac flagelante- me llama: ¡Vanessa! ¡Vanessa! "Aún te amo Vanessa" ¿Por qué tu nombre? aceleré a fondo, de vuelta a casa.

Atrás quedo el callejón: "Alicia en el país de las maravillas", el número 24 descolorido, una mujer de 1,85 m alterada visiblemente sube corriendo por las escaleras -No quiero llegar tan rápido, solo quiero correr, mientras pienso, me quedan cinco pisos, me falta el aire, ya para qué- Abrir la puerta fué un acto de recuerdos hermosos, quitarme los tacones al entrar, un acto impío. Ahí está ella, soñando, que dulce se sienten mis labios en tu piel, te beso en la frente como la primera vez, adiós.

La peluca reposa en el lavamanos, El vestido arrugado en el piso, las mallas en la bañera. Un cuerpo desnudo avejentado por la miseria del alma, se encuentra sentado sobre el inodoro, ya no hay lágrimas, solo una mirada sonámbula y en la mano una navaja. -"Me gusta afeitarme la cara, con la navaja, así se afeitan los vaqueros"- solía decir. Esta vez la navaja, desgarra los testículos, un derrame de sangre inunda todo el baño.

...Un grito despertó a Carlos, la travestí más famosa de la Libertador, conocido con el alias de Susanita.
-¡Ay! qué pasa, Susy, duermete, tú y tus pesadillas -Dijo Manuel, compañero de cuarto de Carlos-

jueves, 21 de mayo de 2009

UN TOMATE Y UN CUCHILLO.

Una mesa de madera ya vieja comida por termitas, recordaba cuan bella y reluciente se mostraba a todo aquel que quisiera admirarla, en la misma esquina del centro de la capital, a tres cuadras de la frutería de don José. El viejo Víctor siempre cabizbajo se preguntaba -Cuando será el día- Siempre el local de muebles permanecía a tope de gente, curiosos, recién casados y mucho de más... de siempre lo mismo: ¡Esta gente del carajo lo que viene es a ver! ¡Carlos gran carajo! ya que no haces nada del carajo ve y búscame unas frutas.
-Señor y si compran.
-Te pego un grito.
-lo pueden robar, la frutería queda a tres cuadras.
-Vas o no vas para echarte de una vez.
El pobre Carlos fue, nunca más regreso. Una pareja no menor de sesenta años, un poco más si las arrugas no engañan, palpan con ternura toda la madera de aquella mesa.
-me la llevo.
-Le comento, estaba por decidir quedarme con ella.
-Admiro una buena madera y esta es una de ellas.
Lo demás es el cuanto y costo. El viejo Víctor se queda atrapado en sí mismo, viendo lo solo que quedaba, allá va y para dónde irá, la mesa y aquellos dos.

En un viejo Ford algo destartalado apean a la mesa, las cuatro patas sienten el desnivel de una subida barrio arriba, dos jóvenes sobrinos del señor Cástulo y Petra, la suben en hombro.
-jajaja uno, dos, unos, dos, ya van como trescientos, ya estoy cansada de contar -Parece pensar la mesa, parece reír también jajajaja-
Un cartel dice "La Bombilla de Petare"
Ha pasado una semana, un tomate y un cuchillo esperan un movimiento sobre la mesa. Suena Héctor Lavoe de fondo, es la voz, sin distinguir que tema, dos manos abrazadas, callosas y arrugadas, una blanca y una negra: Petra y Cástulo, abrazan el mango del cuchillo.
-No es torta, apues viejo Cástulo.
-Es buena madera Petra. -Se abre en dos el tomate.
Se Abre en dos el cráneo de Chupeta, en dos un brazo y una pierna, de rojo se tiñe la madera
-¡Es buena madera Petra! Te lo dije.

Una tarde...
-Este es al que le dicen Cara e feo, ponlo sobre esa mesa, esa misma, que ya esta roja, que no siente no padece pero soporta.
-Eso suena duro Cástulo.
-Esto me lo dio el PM de allá abajo, ya vas a ver, aja, se enrosca así, ya está.
-¡¡¡Cástulo!!!
-Ya esta, suena como un peo apretao.

Una mañana...
Tocan la puerta de latón de la casa 45, muchos golpes, centenares enardecidos.
-¡¡¡Cástulo!!! El barrio ta alzao.
-No tengo mas na, sino una mesa q a aguantao años.
Golpes sobre madera, martillos sobre madera.
-¡¡¡Es buena madera barrio!!!

...El recuerdo es interrumpido, por un tomate y un cuchillo... Una semana después.

domingo, 12 de abril de 2009

Dos Naturalezas...

Hermosa, espectacular, indomable. Todos buscan la más bella, la más grande; la que tiene mejor cuerpo, domarla, acariciarla, equilibrando cada desbandada de placer. Entrar en ella, sentirla desde dentro, húmeda, arrolladora, para luego salir con la bienvenida del brillante sol o revolcado por su instinto natural. Si no te sientes a la altura del equilibrio, seguro vas a dar de cabeza a la arena,.. para ir tras otra... SI ERES UN VERDADERO SURFISTA.

sick surf movie

jueves, 2 de abril de 2009

miércoles, 1 de abril de 2009

Tour con la bella Dayana por la Bahía de Guantánamo


Al llegar a la bahía unos pequeñines tostados por el sol entregan unas postales con la hermosa y deslumbrante Bahía de Guantánamo, olor a tabaco y a ron, y un solazo parecido al oriental en semana santa, me refiero al oriente de Venezuela, a lo lejos se logra divisar un fortín parecido a un campo de concentración de la segunda guerra mundial; pero me equivoco, ya que acompañado por la hospitalidad de un gringo de casi dos metros y con la protección y seguridad que me brinda su uniforme, la sensación es de fraternidad y confianza, su sonrisa me aturde un poco por ser tan diplomática como aquel: "Estamos empeñados a trabajar con ambas partes, para llevar el nivel de terror a un nivel aceptable para ambas partes" Sí, es de aquél señor que acaba de dejar la Casa Blanca... W Bush. Me mira de reojo esboza una sonrisa, para mí no es tan fácil hacer lo mismo, él mira hacia abajo y yo miro bastante arriba, Me dice, Dont worry be happy, se feliz has llegado a la base. Ya adentro todo es relajante, tranquilo y hermoso un calvo me resive y me lleva por todos los pasillos.


-Los hospedados permanentemente, nunca van a salir, les gusta mucho este lugar, se ejercitan constantemente, con golpizas, ejercitan la mente con tormentos psicológicos, para que aprendan a quebrar el espíritu y la voluntad, algunos y te parecerá curioso, ven el suicidio como una manera de llegar al Nirvana, la paz de Buda


-Que interesante, no sabía -digo yo-


-Algunos disfrutan de juegos extremos, los seres humanos tenemos mucho de masoquistas


-Sí, es verdad.


-Antes de llegar al estado de paz interior, que ese es el fin mismo de que esto exista, es obligatorio que pasen por un periodo de confinamiento en solitario


-Para meditar


-Algo así, con temperaturas extremas y posiciones forzadas, como las de yoga


-Yo conozco la de loto


-Iguales pero más convencionales, la concentración es vital, para lograr la fortaleza mental se les somete, que es algo relajante, a mucho ruido


-Relajante dice


-Por lo menos relajas los esfínteres jajaja, música atronadora, no se interrumpe ni un minuto, con mucho frío


-¡Ah! -Tratando de entender-


-tenemos un salón nudista, que es aquel que está allá, se encadenan a una silla sujeta al suelo y se someten a luces estroboscópicas y viene el party música rock y rap, es una locura, todos gritan y lloran de la emoción


-¿Esa gente que está allá?


-Es el equipo de consulta de la ciencia del comportamiento. Médicos, psicólogos y trabajadores de la salud, asesoran a nuestra gente


-¿En qué?


-En como tratar mejor al huésped, para una mejor salud mental.


Me invito a quedarme, pero en lo personal nunca me ha gustado estar uniformado, me llamo la atención que los felices huéspedes todos vestían de rojo, el calvo no me supo explicar el por qué... o no quiso... La Bahía realmente si es relajante y hermosa.




Gracias a Dayana Mendoza, nuestra Miss Universo que me inspiró a escribir esto.


Algún parecido con la realidad es mera coincidencia.




Presentada oficialmente la Red de Teatro y Circo

Caracas. Como resultado de los debates y mesas de discusión durante el Congreso Nacional de Teatro y Circo, celebrado en Barquisimeto (Lar), en julio de 2008, y en el que participaron creadores y hacedores de todo el país, quedó legalmente creada este mes, La Fundación Red Nacional de Teatro y Circo de Venezuela.

Se abarcarán aspectos como formación, investigación, promoción, difusión, publicaciones, infraestructura y equipamiento, planificación y administración, relaciones interinstitucionales y convenios, previsión social, entre otros. La solicitud para integrarse a la Red se puede hacer a través de congresoteatro@gmail.com o nodoriente@gmail.com; o por el número (0412) 956-40-86.

Nota: fuente tomada del Ultimas Noticias, información abreviada o sintetizada por mí.

domingo, 29 de marzo de 2009

Día 1...

Mi pequeña hija una vez más me llamo papá, que alegre me siento: Pa-pá, parece mentira que hayan pasado seis meses. Esta semana ha sido anormal para mí y  Sandra nota todo eso. Estoy sudando más de lo normal y bebiendo un poco más. Bebiendo un poco más, emborrachándome más de lo normal; no sé si viajar o quedarme. Dejarlos aquí, una carga menos. Ahí viene Sandra.

 

No quiero almorzar con ella hoy, no sé porque insiste, quiere que la lleve al bendito restaurante de siempre, ya estoy cansado: ¡Sandra no! Hace tres años nos dimos un sí con amor, recuerdo la primera vez que te dedique aquella canción: "Tus ojos verdes me matan" estaba enamorado, aun lo estoy; solo que a veces siento la pérdida de sangre que llega con menos fuerza al corazón: a los dos, entérate. Esta semana se me ha acelerado más de lo normal. Anoche no pude dormir bien.

-¿Qué tenías anoche, te sentí una respiración estertorosa?, No me dejaste dormir.

 

Se enfada conmigo, es la primera vez que le digo que no en años, todo ha sido sí, aunque no lo quiera. Me toca quedarme con la bebé, se fue molesta. Prensa y más prensa no quiero saber nada de noticias. Tengo que decidir rápido. Está llorando otra vez, que ojera tengo dios mío. ¿Qué hago? El orine está limpio; éste bajante es un peo, debe estar la bomba dañada, a ver: no era nada. Sigue llorando, voy a tener que dejarte con tu mami, sí mi cosita bella, no te parezcas nunca a mí, bueno soy inteligente; por lo menos desarrolla mi inteligencia. Aquí está el tetero, debe ser hambre. Ahora se ríe, ¿por qué? ¿Qué hice? La voy a dejar allí, después se dormirá.

 

SANTO PATRONO LÍBRAME DE TODO MAL/ SANTO PATRONO LÍBRAME DE TODO MAL/ SANTO PATRONO LÍBRAME DE TODO MAL.

Vamos a cambiarte la vela, por una nuevecita.

No me desampares en este momento, en que más te necesito.

Se ve clarito no se equivoca ese es el camino que debo tomar, está fuerte y pica.

 

Debería ir mañana al trabajo, tengo que definir, qué voy hacer, voy a ir al trabajo, de lo contrario Sandra empezaría a sospechar.

 

 

 

Mi amor acuéstate, anoche deje el juego por la mitad.

-Bueno apresúrate con el jaque-mate, que no aguanto, te tengo una sorpresita.   

Día 2

Me sirvió de relax, la sentí como nunca: ella montada sobre mí. Yo sobre ella. Me exprimió hasta la ultima gota de semen, no sé si vuelva a reproducir tanta cantidad, estoy a punto de perder el sentido de lo que haga falta. No lo grabe. Por lo menos la tendría en mi memoria, desde un registro sexual, único y a la vez extraño.

-Me estás matando por dentro, estás transformado, no te reconozco, pero me gusta, dame más así.

Cada vez el recuerdo me provoca una erección. Pero no tengo tiempo para eso, ahora no.

 

 

Ahí está él, siempre con su risa cínica de poder absoluto. Posiblemente me equivoqué de persona. Mi oficina está igualita, todo en su lugar. "Ese es el camino que debes tomar" Esta cuenta no me cuadra, este balance está incompleto, en mi cabeza no caben más números, está llena de callejones con mucho tráfico y se me acaba el tiempo. ¡Apaguen el televisor por favor!

-¡Ahora no te interesa la política!

-No me puedo concentrar.

-Me extraña, siempre has dicho que puedes hacer varias cosas a la vez.

 

Varias cosas a la vez. No recordaba esa habilidad en mí. Hasta el viernes pasado. El estomago está mal, está congestionado, comí demasiado, no me gusta cagar en esta vaina, ¿por qué me tiembla la mano así? Esos pensamientos de donde vienen: ¡Déjame! Mejor así, siente la hoja en tu vientre, como brilla ¡no! ¡Suéltame! ¿Cómo la sientes?, Está filosa verdad, su-el-ta-me... ¡Ya voy para fuera!, seguro es el cínico, que le dio cagadera. Ciertamente me equivoqué.

 

Ahora no quiero Vanessa, no queda nada en la reserva, Sandra me dejo exhausto.

-Anda papi, deja el trabajo para después, vamos hacerlo aquí, sobre el escritorio o si quieres lo hacemos debajo.

¡No quiero! Maldita sea me voy. Necesito caminar; todavía puedo caminar. Dejo el carro.

 

-Señor, tres por dos cómpreme uno.

-Hola no te acuerdas de mí.

¡No! Estoy apurado.

-Pe...

-Una limosnita por el amor de Dios.

APURADO/APURADO/APURADO/

-Señor, pase está en oferta.

-Cristo viene, el fin se acerca.

DE PRISA/CORRE/CORRE.

-Señor, se le cayó...

 

 

Sandra no ha llegado, no han traído a la bebé. Estoy sudando. Necesito quitarme esto de encima que me ahoga. Esta fría, ah que alivio, voy a dejar que el agua corra sobre mi cabeza: Llovía a cántaros; como ahora siento el agua, no me muevo, dejo que cubra todo mi cuerpo. Solo recuerdo, como igual golpeaba el agua sobre los dos: del miedo a las lagrimas, de las lagrimas a la impotencia y de la impotencia a la nada.

 

 

-Amor ya llegue.

Me estoy bañando

-Quiero que veas esto me causo risa, se parece a ti.

 

 

 

 

   

Día 3

Son las tres de la mañana, no he podido dormir. "Se parece a ti" se parece a mí, podría haber dos iguales. No acepto comparaciones. La bebé empezó a llorar. "Tiene el rostro de papá" voy a tener que cargarla un rato, quizá sea la ultima. Luna llena, completa soledad, ni siquiera un gato, solos tú y yo viendo la calle, te ríes igual a tu mamá. Esto, son gotitas de agua que brotan sin explicación, le llaman lagrimas. Por allá se escucha una sirena que rompe con el silencio.

 

No sentí cuando se fue Sandra, la niña ya se la llevo la niñera. A ver de qué no me he enterado.

"Encontrado cuerpo amordazado y en estado de descomposición"

 

No puedo esperar más, es mi rostro. Me voy así mismo. Estas dos pacas son suficiente dinero, pasaporte, todavía no tienen mi nombre; pero sí mi rostro, me agarrarían en el aeropuerto, como sea tengo que cruzar la frontera. Un papelito, este me sirve. "Sandra, te amo y siempre te ameré, cuida de mi hija, nunca más me vas a volver a ver; piensa en mí como a un muerto. Adiós"

 

 

 

-Papi ya llegue, ¿estás en el baño?, Aquí está su maletín, está todo en el closet, ¿qué se habrá hecho? Seguro fue a trotar, como todos los viernes; el viernes pasado salió a pesar de la lluvia. ¿Y éste papel...?    

 

ENTRE TUMBAS, SOMBRAS Y AMOR (Miguel Castillo)

Para el resto de los mortales, el día comienza con el lento abrir de los ojos, con ese diario debatir entre el olvido del sueño y la aterradora conciencia del día. Para mí, en cambio, la existencia deja de ser un sueño cuando Ella ilumina la realidad con las brumas de su sonrisa.

     Ya no recuerdo cuándo la conocí, ni siquiera si llegué a conocerla realmente, aunque pienso que fue hace algunas semanas. Las fechas no tienen ningún valor para mí. Los días no me envuelven, no pueden dominarme. Yo soy quien transita por esa abstracción que es el tiempo, y no al revés. Sé que esto puede sonar extraño, o incluso ingenuo, pero es la verdad. Mi relación con Ella no puede describirse con palabras convencionales, ya que nada hay de convencional en nosotros.

Lo que sí puedo describir es nuestro primer encuentro. Ya he dicho que no puedo recordar cuándo nos conocimos, aunque el resto de aquel día brilla en mis recuerdos con una intensidad cegadora. A veces pienso que nunca abandoné aquella mañana bajo sus ojos, que por alguna extraña casualidad del destino mi realidad ha quedado suspendida, congelada; repitiendo la misma estúpida secuencia de movimientos.

Es curioso, basta con sentir el amor de una mujer para que el mundo se detenga; si no la hubiese conocido, aquella mañana sería una sombra en la memoria, o ni siquiera eso, sin embargo, después de ser contemplado por sus ojos, aquella mañana siempre se estará desarrollando, sus infinitas sutilezas no se perderán, al menos hasta que desaparezca el último que las recuerde.

Era una mañana despejada, Ella caminaba hacia mí con la mirada en otra parte. Sus pasos eran seguros, pero sobre sus hombros se adivinaba una carga, algo difícil de definir, pero perceptible. Cuando ya pasaba a mi lado, sus ojos me percibieron, o mejor dicho me atravesaron. Nunca había sentido algo semejante, ya que la gente suele ignorarme alegremente; incluso a veces siento el impulso de mirarme en un espejo para comprobar que existo, que soy real.

Su mirada duró apenas un instante, luego siguió caminando. No sé qué la impulsó a retroceder, nunca me lo dijo, pero lo cierto es que sentí sus pasos firmes mientras venía hacia mí. No alcé la mirada, no quería incomodarla con la visión por demás desagradable de mi rostro. Dejé que se acercara sin invadirla. Se sentó frente a mí en el pasto, y dijo:

-         Eres lindo...Franco...

Mis ojos estaban clavados en el piso, no hubiese podido levantarlos aunque el destino del mundo dependiera de ello. Sentía mil palabras moviéndose en mi boca, pero mis labios se negaban a abrirse. Supongo que aquel congelamiento duró algunos instantes, aunque no podría asegurarlo. Finalmente, alcancé a pronunciar unas pocas palabras:

-         ¿Quién eres? Silencio. Ella tampoco me miraba.

-         Parece que estamos igual de solos. - dijo, mientras arrancaba una flor seca del piso.

El resto de la mañana la pasamos en silencio. Creo que nuestras presencias nos brindaron cierta calidez. Como si no necesitásemos demasiados preámbulos para sentirnos cómodos. Ya era bien tarde cuando Ella finalmente se puso de pie, alisando con manos pálidas su vestido negro.

-         Creo que voy a volver. Me gusta tu compañía. - dijo, y se fue.

Mi vida se convirtió en un eterno esperar. La ansiedad me comía por dentro, como un grito que nunca se termina de manifestar, pero que sigue latiendo en los oídos con un palpitar que no deja lugar para otro pensamiento.

Pasaron los días, o las semanas, hasta que apareció nuevamente. Su ausencia me había permitido ensayar aquel torbellino de palabras que hubiese deseado decirle. De nuevo, se sentó en el pasto, frente a mí.

-         ¿Siempre estás por aquí? preguntó.

Estaba por responder que sí, cuando Ella comenzó a reírse.

-         Perdón - dijo. A veces hago chistes malos cuando estoy nerviosa...

Creo que me sentí halagado; que una mujer con sus ojos se sienta nerviosa con mi compañía y me pareció el mejor de los cumplidos posibles.

-         No hay problema. A mí me pasa lo mismo. - dije, o creo haber dicho.

-         Yo soy Patricia, encantada, Franco.

-         ¿Cómo sabes mi nombre?

Ella jugaba distraídamente, arrancaba unas pequeñas flores secas del suelo. Pensé que lo mejor era hablar de otra cosa, si Ella quería decirme cómo sabía mi nombre, tarde o temprano lo haría.

-         ¿Te gustan? - dije, mientras señalaba las flores secas. Se llaman Calendas.

-         No me gustan estas flores, no sé cómo se llaman. - dijo, como si no me escuchase. Me gustan las rosas y los jazmines, especialmente los jazmines.

 

 

Entonces levantó la vista, me miró, y con cierta timidez alzó la mano como para acariciarme el rostro, pero se detuvo.

-         ¿Ya te dije que eres lindo?

-         Si, el otro día creo...

-         Sabes Franco me gusta tu compañía, pero no sé, me parece extraño todo esto. No sé que me pasa; debo estar loca por hablar contigo, a veces creo que tengo algo malo adentro, como si todo me doliese el doble que a los demás...

Ella se acomodó el cabello, y pude ver las marcas en sus muñecas.

-         Me duele el mundo, Franco. ¿Me entiendes?

-         Si.

-         ¿Me vas a ayudar?

Durante un segundo sentí algo extraño, no era terror en el sentido de la palabra, sino algo verdaderamente fatídico, como los ecos de una pesadilla que durante la mañana apenas recordamos.

-         ¿Ayudarte? ¿Con qué? – Le dije.

-         Sola no puedo. Ya lo intenté, pero no pude. Cada segundo que pasa es peor, no puedo pensar en otra cosa. Necesito tu compañía para hacerlo.

Después de esto, Ella ya no habló. Yo, por mi parte, elaboré una serie incontable de argumentos, le expliqué que era una locura, que era joven, que seguramente había miles de cosas por las cuales vale la pena levantarse cada mañana. Lo dije todo, y Ella seguía con los ojos en las flores, inmune a mis palabras. Hoy estoy seguro de que no me oía.

-         Voy a entrar esta noche, tarde, cuando los guardias estén durmiendo. Por favor, necesito que me ayudes, Franco. Y se fue, sin regalarme el resplandor de sus ojos. Las sombras se alargaron. Llegó la noche.

Te cuento esta historia, aunque sé que nadie puede oírme, porque Ella puede llegar de un momento a otro y no me gustaría hacerla esperar. Me he jurado que no voy a ayudarla, no podría aunque quisiera. Dicen que el amor es desear para objeto amado una felicidad completa, aún cuando esa felicidad nos excluya. Yo no creo que este sea el caso, la amo y la necesito viva; necesito su sonrisa, sus ojos, sus dedos desgranando flores muertas. La necesito porque sin Ella soy una Sombra.

Después de todo, ¿cómo podría ayudarla? ¿Con qué manos podría sostener las suyas mientras su vida se derrama sobre la hierba? Si pudiese la golpearía, le haría ver que el mundo merece nuestras lágrimas, que una flor seca y muerta alcanza para justificar la más honda de nuestras melancolías, que sufrir es un don del cual no debemos renegar, que nuestra tristeza debe arroparnos, que la verdadera pesadilla, el verdadero horror, consiste en no sufrir.

Pero sé que es inútil, Ella ha tomado su decisión y yo no puedo cambiarla, no en éstas condiciones. Si hubiese un corazón en este vacío, si fuese aire el que respiro, si fuese sangre la que fluye en mis venas, creo que sí podría detenerla. Pero soy una Sombra, una de las tantas que se agitan en éste cementerio, flotando entre cruces y epitafios; tratando de evocar la tersura de una caricia, de un beso, de una mirada.

No sé porqué me eligió para regalarme el tesoro de la compañía, aunque sospecho que ha sentido lástima al observar mi foto, al contemplar mis ojos suicidas, o tal vez, simplemente, le ha gustado el nombre que puede verse en mi lápida. Ya la veo saltar el muro, un resplandor metálico se vislumbra en su mano. Supongo que lo único que puedo hacer es acompañarla.

martes, 24 de marzo de 2009

Vómito Social.


Corre tan de prisa, que ya no puede parar, pocos metros faltan de la siguiente esquina, ya no logra oír un solo ruido, todo se confunde... algo punzante estruja su tímpano, falta poco para la esquina, cae...

-¡Dame tu cédula!

No responde.

-Eres, sordo acaso -Golpea con la culata el rostro de el-

-¡No entiendo!

-Toma, coño, para que entiendas -Vuelve a golpear con más fuerza-

-Solo soy un trabajador.

-¿En que trabajas?

-Aquí, en la calle.

-Tu sabes que nos diferencia, sube la cabeza, eso es, ahora besa mi bota y limpiala...

¡Súbanlo, a la jaula! no tienes derechos.

(En la calle, los gritos, disparos y sirenas se confunden)

-Dobla la otra esquina, que escucho llanto jajajaja...

Documental de Caracas